La naturaleza mejora nuestra mente, cuerpo y emociones: en este artículo te contamos cómo

La relación entre naturaleza y cerebro: un vínculo biológico 

La mayoría de las personas, sino todas, vivimos rodeados de pantallas, ruido y constante información que nos llega de todos lados. Hay algo que todo este trajín nos está haciendo olvidar: que nuestra mente evolucionó durante miles de años en íntima conexión con la naturaleza.

Nuestros ancestros, gracias a su cercanía diaria con la naturaleza, sabían que hace bien al cuerpo, la mente y el corazón. Hoy, la neurociencia confirma esta sabiduría ancestral.

Cada vez más estudios científicos demuestran que el contacto con la naturaleza mejora nuestras funciones cognitivas. 

Además de sus efectos sobre el sistema nervioso, el contacto con el paisaje natural también genera beneficios tangibles para la salud física. Caminar por un bosque o sentarse a observar un río no solo es placentero, sino que activa procesos fisiológicos que impactan directamente en nuestro bienestar. Diversos estudios han demostrado que realizar actividad física en espacios naturales —ya sea una caminata suave o una práctica más intensa— ayuda a reducir la presión arterial, mejora la oxigenación del cuerpo y colabora en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Estos beneficios no se limitan únicamente al cuerpo, fortalece también la salud mental. El equilibrio cuerpo-mente se refuerza en entornos naturales, permitiendo llevar un estilo de vida más consciente, activo y conectado con lo esencial.

En este artículo, vas a conocer cómo los entornos naturales impactan positivamente, y por qué el contacto con la naturaleza puede ser clave para sentirte mejor en este mundo cada vez más digitalizado.

Beneficios cognitivos y emocionales del contacto con la naturaleza :

Reducción del estrés y la ansiedad:

• Disminución de la actividad en la amígdala cerebral, relacionada con el estrés.
• Reducción de niveles de cortisol tras exposiciones a entornos naturales.
• Mayores niveles de serotonina y dopamina, mejorando el estado de ánimo y la motivación.
• Aumento de la actividad de las ondas alfa en el cerebro induciendo a un estado de relajación y bienestar emocional.

Mejora de la atención y la concentración :

• La exposición a entornos naturales ha demostrado mejorar el rendimiento cognitivo y la capacidad de concentración.
• Incremento en la capacidad de enfoque y reducción de la fatiga mental.
• Estudios muestran mejoras en la atención tras paseos por entornos naturales.

Estimulación de la creatividad y la memoria:

• Estudios han revelado que la exposición a entornos naturales puede estimular la creatividad.
• Fomenta la imaginación y la resolución de problemas.
• Mejora la memoria espacial y funcional tras actividades al aire libre.

Impacto físico y social de la naturaleza en la salud cerebral:

Fortalecimiento del sistema inmunológico:

Fortalecimiento del sistema inmunológico:

• Aumento de células NK (linfocitos) tras exposiciones a bosques.
• Efectos duraderos en la mejora de la respuesta inmunitaria.

Fomento de conductas prosociales y empatía:

• Mayor disposición al altruismo y la cooperación en entornos naturales.
• Reducción del individualismo y fortalecimiento de la comunidad.

Mejora de la calidad del sueño y reducción de enfermedades:

• Exposición a la naturaleza asociada con mejor descanso nocturno.
• Disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares y mentales.

Aplicaciones prácticas y recomendaciones:

Incorporación de la naturaleza en la vida urbana:

• Creación y uso de espacios verdes en ciudades.
• Prácticas como el «baño de bosque» (Shinrin-yoku) para reducir el estrés.
• Actividades al aire libre para adultos jóvenes y mayores.
• Importancia del contacto con la naturaleza en el desarrollo infantil.

Shinrin-yoku: la sabiduría japonesa que llegó para quedarse

Una de las prácticas más reconocidas en este sentido es el baño de bosque o shinrin-yoku, originaria de Japón. Esta técnica, que consiste en caminar lentamente por el bosque con todos los sentidos abiertos, se ha convertido en una herramienta terapéutica recomendada por médicos de distintas partes del mundo. El shinrin-yoku reduce el estrés, mejora la respiración, estimula la concentración y promueve un estado general de calma. No requiere entrenamiento ni herramientas: basta con estar presente y permitir que la naturaleza actúe.

Los beneficios para la salud del baño de bosque han sido comprobados a través de múltiples investigaciones que registran la disminución de los niveles de cortisol, la activación del sistema parasimpático y la reducción de la frecuencia cardíaca. Es una forma sencilla y accesible de cuidar nuestra salud integral.

Conectar con lo natural para una vida más saludable

Incluir momentos de naturaleza en la vida cotidiana puede ser la diferencia entre una semana caótica y una en equilibrio. Desde salir al parque más cercano hasta cultivar plantas en el balcón, cualquier forma de contacto con el mundo natural puede ayudarnos a construir una vida saludable. Este tipo de hábitos no solo ayudan a mantener nuestra salud, sino que también previenen problemas de salud relacionados con el sedentarismo, la sobreexposición a pantallas y la desconexión emocional.

Los expertos en salud y neurociencia coinciden: no necesitamos grandes cambios para empezar. Pequeños pasos como hacer pausas activas al aire libre, llevar nuestras reuniones laborales a un parque, o caminar por senderos arbolados los fines de semana pueden marcar una gran diferencia. La clave está en tomar decisiones conscientes que nos acerquen a un estilo de vida más equilibrado y alineado con nuestra biología.

En el contexto del cambio climático, reconectar con la naturaleza también implica una toma de conciencia ambiental. Al volver a valorar el entorno natural, nace un deseo genuino de protegerlo. Así, el cuidado personal y el cuidado del planeta se entrelazan, dando lugar a una nueva forma de habitar el mundo: más respetuosa, más sensata y más plena.

Volver a la naturaleza es, en realidad, volver a nosotros mismos.